Ahora nos dedicaremos a Johann Strauss hijo (1825-1899), el rey de la música ligera vienesa (Unterhaltungsmusik) del siglo XIX.

En realidad había cuatro Strauss en total: el padre, conocido principalmente por su Marcha Radetzky; y sus tres hijos Johann, Josef y Eduard, aunque el que más destacó fue el primero de los tres. Su música dominó el siglo XIX y hoy en día se sigue tocando en todo el mundo. Su éxito se basó posiblemente en la perfecta gestión que se escondía detrás del trío Strauss. Estamos hablando de una empresa próspera y activa en todo el mundo. Johann Strauss hijo fue una «estrella del pop» del siglo XIX: en el festival por la paz mundial de Boston en 1872 tocó con 20 subdirectores frente a 100 000 personas, un concierto del que cualquier músico de hoy estaría orgulloso.

Las giras de la orquesta Strauss figuraban siempre entre los titulares, y no solo por motivos musicales. En 1850, de camino a Varsovia, confundieron a los músicos con espías y los encerraron en una porqueriza. Se dice que fueron liberados gracias a la intervención personal de la zarina María Fiódorovna, a la que Johann Strauss, lógicamente, dedicó la Polca varsoviana, compuesta especialmente para aquella actuación. Si estas historias eran reales o solo hábiles estrategias de marketing daba igual, lo importante es que eran buenas para el negocio. Johann Strauss era especialmente popular en Rusia y en la Exposición Universal de París de 1867 causó furor. Lo peculiar del asunto es que Strauss tenía miedo a viajar. Cuando el ferrocarril pasaba por un puente o cruzaba un túnel, se tumbaba plano en el suelo del vagón. Además, solo actuaba por un sueldo de 100 000 dólares, incluso en la famosa actuación de Boston.

El Eisenbahnlustwalzer (Vals del placer del ferrocarril), en el que se puede oír el sonido rítmico de la caldera de vapor, surgió de la mano de su padre, más aficionado a viajar. El «guapo Edi» (Eduard Strauss) también rindió un homenaje musical a este medio de transporte: en su polca Bahn frei se oye al principio de la obra la señal característica del pito del tren.

Los temas de las danzas de Strauss siempre tenían referencias actuales, lo que probablemente sea una razón de que las obras fueran tan populares. El público se sentía especialmente conmovido por estos temas cotidianos y la música tocaba la fibra sensible de la época.

El vals (un perfeccionamiento del ländler) era un hijo de su tiempo. Hasta principios del siglo XIX estuvo mal visto en la sociedad distinguida ya que, para las circunstancias de aquel entonces, se tenía que bailar muy pegado y, encima, procedía del entorno rústico. No obstante, el vals logró convertirse en la danza más popular. La burguesía floreciente imitaba los bailes aristocráticos y, con ello, hizo del vals su danza más importante. Tuvo un éxito rotundo e incluso los nobles pronto empezaron a tener ganas de bailarlo. La primera ciudad en la que incluso la Corte lo permitió fue Viena. Desde aquí, Johann Strauss hijo hizo triunfar al vals de forma definitiva. No obstante, estuvo prohibido durante mucho tiempo bailarlo en presencia del emperador. Pero no en la Haus der Musik… ¡aquí lo podéis bailar!

¿Sabías que …

… Johann Strauss hijo se casó tres veces? Dado que su primera esposa «Jetty» (Henriette) era algo mayor que él, sus otras dos mujeres eran, en comparación, unos 30 años más jóvenes. Al igual que Jetty, su última esposa Adele era mánager de su marido, de manera que también aportó su granito de arena al éxito de la dinastía Strauss. Como se suele decir: «Detrás de cada hombre con éxito hay una gran mujer».